O, al menos, eso parece
mientras contemplo
tus largas piernas
de motera
que relucen por encima
de toda esa carrocería.
Te compondría un verso,
un poema, una epopeya
¡La Ilíada toda!
Una nueva Eneida
o el Cantar de Mío Cid
a tus pies
Si no fuera por
esta maldita, vertiginosa
e inexorable
velocidad
que ha cogido la vida
El breve intervalo
que me es dado
para contemplarte:
el que separa
al rojo del verde
en el semáforo.
Vicente García Campo
Ya hace un tiempo…